Crónica: Melina Monroy
Fotografías: Lukas Isaac
A las 21:38 horas del 31 de agosto de 2024, se rompió el silencio en el majestuoso Estadio GNP, anteriormente Foro Sol, uno de los recintos con mayor capacidad para espectadores de México, engalanó la noche con su presencia la banda que ya ha hecho historia y se han mantenido vigente por 37 años, en esta ocasión se formaron en escena Saúl Hernández, Alfonso André, Diego Herrera, Rodrigo Baills y Marco Rentería para deleitarnos con una noche llena de rock y emociones diversas.
Foto: Lukas Isaac / Visor Rock
Se escucharon de inicio las cuerdas de guitarra con las primeras notas de una de las canciones más emblemáticas de la banda, “Miedo”. No tardaron en hacerse notar los cantos de los espectadores coreando al unísono: “Antes que muera, déjame amarte en vida, hasta que el sol se escape con la luna” y así nos remontamos al “Nervio del Volcán”, un viaje en el tiempo 30 años atrás, desaparecieron así las diferencias generacionales, el recinto contaba con la presencia de familias completas y una mezcla notable de las tres generaciones que han seguido la música de Caifanes, todos, sin importar edad hicieron una conexión instantánea. El cielo nublado y las primeras gotas de lluvia parecían estar esperando el momento perfecto para hacer lo suyo desde el inicio del show.
La melodía introductoria de Diego Herrera en el saxofón erizaba la piel de los espectadores con el “Viento”, recordando todo aquello que aqueja desde hace años a nuestra amada tierra, la epidemia más larga de la historia: La violencia. Los sentimientos afloraron al recordar que “antes de que nos olviden haremos historia” … La historia de la lucha por la defensa de los derechos humanos y todas las protestas contra la violencia se hacen notar al fondo del escenario, esos momentos históricos que son también tan contemporáneos, la nostalgia inundó a los presentes al ver al final de la canción la bandera de México (“Aunque tú me olvides, te pondré en un altar de veladoras y en cada una pondré tu nombre y cuidaré de tu alma”).
Foto: Lukas Isaac / Visor Rock
Así la noche continuó transportando a cada uno de los presentes a un mundo lleno de inspiración y júbilo: ‘Para que no digas que no pienso en ti, voy detrás de los dioses ocultos sobre las nubes llevadas por el viento’, tal vez simplemente nos transportamos a aquello que necesitamos llegar, un momento fuera del mundo cotidiano.
Diego Herrera al saxofón y teclado, Saúl Hernández a guitarra y voz, Alfonso André transmitiendo su energía inigualable al tocar la batería, Rodrigo y sus solos de guitarra y Marco Rentería al bajo continuaron dando todo sobre el escenario. Un vídeo “Debajo de tu piel” logró mostrarnos la fuerte alianza que hay entre Caifanes y sus fans mostrándonos que la piel es capaz de conectar con el mundo terrenal y más allá, con el alma, se hizo notar esa conexión manifestada a través de los grabados de las letras y símbolos de Caifanes en su propia piel.
Foto: Lukas Isaac / Visor Rock
La noche se hizo aún más mágica con músicos invitados como Guillermo Briseño, Vivir Quintana y Sergio Arau, así mismo logramos conocer el talento innato del hijo de Diego Herrera, quien hizo notar fielmente que ya es también uno de los grandes.
No pudo pasar desapercibida la más reciente canción del grupo, Inés, previa a la cual Saúl hizo un llamado a la juventud para abrazar la vida y hacerles saber que no están solos, habla sobre el suicidio, tema central de la canción, algo que lamentablemente se ha hecho muy común y de lo que poco se habla, Saúl rinde tributo a Inés contando su historia.
Foto: Lukas Isaac / Visor Rock
Imposible olvidar el tema de esos grandes guerreros que serán el futuro del mundo cantando junto con el público “ayer me dijo un ave”. Dentro de las sorpresas de la noche pudimos escuchar el elefante, aviéntame y ojo de venado, así como un homenaje a otro grande de la música mexicana, Juan Gabriel.
El tiempo nunca es suficiente para cantar la historia completa. Cabe mencionar que cada presentación Caifanes se caracteriza por dar a su público cosas nuevas (música, arreglos, colaboraciones), en esta ocasión se deja notar la alianza con el Dios Tlaloc, quien mantiene su poder en un tono más bien nítido durante todo el concierto, dejando caer una agradable garúa que mantuvo el clima y ambiente perfecto hasta el final del show del cual nos despedimos al ritmo de la cumbia de la Negra Tomasa.
Foto: Lukas Isaac / Visor Rock
El ritual terminó con miles de espectadores satisfechos por la energía proyectada en cada nota musical, cada letra y cada gesto de cariño hacia su gente, con personas observando al pie del escenario y otras más fuera del recinto desde los puentes peatonales, pero con la misma pasión.
Muchas gracias a Rafael Salinas y Ocesa.
Foto: Lukas Isaac / Visor Rock